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martes, 7 de agosto de 2012

EL AMOR Y MI EST'OMAGO

El amor y la n'ausea
Mi cuerpo con sus 42 grados de temperatura a la alza y a la baja siente a los gallos que cantan (y no s'e a qu'e le pueden cantar a todas horas). Indudablemente hemos vuelto a caer en un hotel de paso. Entre n'auseas escucho, "I kill you, more, no, that not, that yes...open the door!, pay me". Los jadeos y los cantos de los gallos alcanzan las mismas tonalidades. No s'e si los gallos est'an cachondos o si mi vecina cacarea. Mi temperatura baja a 38 grados y sube de golpe a 43. Las excitaciones de mis vecinos se me mezclan con la n'ausea. Ella va a llegar al orgasmo... (?) y yo al v'ater. Cuando grita lo echo todo fuera. En ese momento odio el sexo. 

El v'ertigo entre busbrujas: descanso en el paradise
Mi est'omago sube y baja pegado al sill'in de mi bicicleta. As'i es el subeybaja aquel convertido en carretera hacia Amed. Al lado, el precioso mar, tan lleno de promesas y miedos. Dentro de unas horas entrar'e a ver un barco americano hundido en la segunda guerra mundial. Observar'e las columnas de burbujas de las bombonas de aire de los submarinistas. Estar'e fascinado viendo a los peces de corales jugar entre ellas al escondite. Todo lo que ahora queda del barco es coral y vida donde hubo muerte y estupidez. El barco, el coral, los buzos, los peces y mis dedos reciben haces de luz venidos de todos lados, incluso del fondo de mar. El sol tambi'en se ha metido a bucear en las profundidades. El sitio es un multifmiliar de arcoiris donde ni siquiera el ser humano estorba.
    Vuelvo al presente. Vemos un restaurante con bungalows. En unas horas el duenyo nos ofrecer'a dormir en el restaurante a cielo a bierto, frente a la luna llena y el mar. Frente a nosotros pasa una pareja sobre una motoneta. Ella recuesta  su cabeza sobre la espalda de 'el. Las manos de ella aprietan el coraz'on del chico contra su pecho como para no caerse y 'el oprime las manos de ella como para no perderla jam'as . Pasan frente a un desfiladero con descuido. Parece que no les importa caer al abismo, viven felices en 'el: eso es lo que mi est'omago me explica.      

1 comentario:

  1. Creo que después de la esa experiencia del orgasmo y tu estómago nunca podrás ver el sexo igual, imaginé la escena, jaja.
    La pareja que pasaba era la misma que tiempo antes disfrutaban del baile horizontal que te hizo vomitar?

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