El mar, reptil de cambiante piel blanca y verde. Yo, tumbado, mis manos a
los costados de la tabla azul. Cabello mojado sobre mis pestanias. Cielo inmenso,
ardiente, cegador, avasallandolo todo.
"Get up!, get up!" me grita Jhonny y, entonces, con la espuma
golpeandome el rostro, siento bajo la tabla ese animal vivo, rugiente, que es
el Oceano Indico, uno de cuyos infinitos alientos muere en estas costas de
Bali. Cuando me pongo de pie, siguiendo sus instrucciones, superando los
trompicones, el movimiento oscilante de la tabla bajo mis pies,
cabalgandolo, es como si sobrevolara la Via Lactea, Silver Surfer, atravesando
veloz varias galaxias. El corazon contento, las piernas semiflexionadas y los
brazos en cruz. El equilibrio es el unico combustible que necesito para viajar
sobre esta superficie rugosa de goma azul que me conduce veloz hacia Hermes que,
de pie, toma fotos y videos de esta nueva experiencia para mi.
A veces la cabalgada me conduce hasta la misma orilla, donde me bajo
aristocraticamente, con suma elegancia, de la tabla; otras soy revolcado,
volteado, golpeado por el agua, la tabla, el sol, la sal. Pero siempre, una y
otra vez, el retorno lento, mar adentro, en busca de la siguiente ola,
hundiendo mis pies en el suelo, azotado por las olas que desprecio o
sumergiendome para dejar que pasen encima de mi, anhelando esa que quizas pueda
coger mejor, sobre la que permanecer mas tiempo, a la que sentir rugir mas
profundamente bajo mi, en suma, con la que fundirme hasta convertirme en ella,
en agua e, incluso, en fondo oceanico, ese que siento alla abajo, magnetico,
cada vez mas a medida que me aproximo a la orilla.
Y, a veces, cuando la busco, la espero, emerge, de entre la espuma, un
surfista, convertido tambien el en ola reverberante, sombra tumultuosa que con
elegancia se mantiene arriba, en la cresta, y tiene algo de espejismo, de
suenio californiano, y me estremezco ante tan hermosa vision.
Una hora despues, tumbado sobre la arena, cuando la clase que he contratado
con Jhonny ya ha finalizado,no me queda mas remedio que escuchar en el IPOD a los Beach Boys surfeando musicalmente –
curiosamente, algunos de sus miembros ni siquiera sabian hacer surf-, sus
melodias de veranos eternos, chicas bonitas y motocicletas rapidas. Me
emborracha el calor ardiente de piel reseca, salada, el olor de la crema solar
y el rumor eterno, rompiente, del mar a unos metros de mi.
Jhonny –como podia tener otro nombre?- dijo que me enseniaria en unos
minutos (a cambio de 150.000 rupias, unos 13 euros, por una hora de clase) a estar de pie sobre la
tabla, y dijo bien, probablemente porque esta sea de aprendizaje, mas ancha,estable
y evolucionada tecnicamente que aquella con la que mi padre, hace 47 anios
aproximadamente, intento aprender cuando el Deutschland –el primer barco aleman
de guerra al que se le permitio salir del pais tras la Segunda Guerra Mundial-
arribo las costas de Hawai. Su experiencia –tablas volando por todas partes y
companieros vomitando tras el intenso esfuerzo, inutil, realizado por
mantenerse de pie sobre la tabla- contrasta con la mia por la eficacia y
sencillez del metodo empleado por este indonesio simpatico de largo cabello
negro que dice llevar seis anios enseniando a hacer surf. Primero sobre la
arena, luego en el agua, a mi lado, y por ultimo desde la orilla, su guia y
consejos consiguieron, junto a mi buen equilibrio, imagino, que este antiguo
rocker que tantas canciones surf escucho y bailo en su adolescencia, y al que
tantas peliculas norteamericanas le hicieron soniar a lo largo de su vida, haya
podido saborear, aunque sea por breves segundos, que se siente cuando uno
cabalga una ola espumosa bajo un torrido sol, en un entorno que bien podria ser
paradisiaco si no fuera por este crepitar bullente de motos que todo lo
contaminan en este hermoso Bali, donde las palmeras se mecen oscuras al caer la
tarde, mientras camino hacia el hostal donde estamos alojados, rodeado de
imagenes de dioses –y demonios- hinduistas, y oliendo las varitas de incienso
que han depositado, entre las ofrendas, a sus pies.
viernes, 27 de julio de 2012
miércoles, 25 de julio de 2012
El hijo del rio
Resplandece el agua, plateada, sobre su cuerpo cobrizo. Tendra cinco o seis anios, cabello negro, desnudo se lanza al agua desde una roca pulida por los milenios. El rio le abraza, le gira, le lleva flotando sobre su regazo de espuma salvaje. El pequenio, excitado, sin previo aviso, se agarra a Hermes, que esta de pie, sintiendo la fuerza del rio en su cuerpo cansado. La corriente, con sus mil cordilleras inquietas, se eleva y baja, busca y rie. Cientos de libelulas -pelirrojas como los orangutanes- sobrevuelan el cielo sobre nosotros. Empieza a llover.
El hijo del rio asciende, contento, entre las rocas, nervioso, descalzo, hasta que llega de nuevo a la altura desde la que lanzarse otra vez al cuerpo fresco, brillante, de su madre de agua.
Le observamos bajar a toda velocidad, su cabeza flotando, los brazos chapoteando. Cualquiera pensaria que esta a punto de ahogarse. Hermes vuelve a cogerle cuando llega junto a el. Las libelulas se desplazan veloces, se detienen de repente, vuelven a volar, estan alimentandose de los miles de insectos que la jungla les regala.
La lluvia arrecia. Me sumerjo en el rio, agarrandome a la roca mas grande que palpo bajo mi cuerpo azotado por las aguas. La intensidad de las multiples corrientes enrevesadas aumenta, tengo que asir la piedra con mas fuerza. El ninio sube gritando, sin mucho cuidado, por las piedras que riegan la orilla.
La selva nos rodea, la selva por la que baja el rio, el rio por el que baja, flotando, de nuevo, el ninio.
El hijo del rio asciende, contento, entre las rocas, nervioso, descalzo, hasta que llega de nuevo a la altura desde la que lanzarse otra vez al cuerpo fresco, brillante, de su madre de agua.
Le observamos bajar a toda velocidad, su cabeza flotando, los brazos chapoteando. Cualquiera pensaria que esta a punto de ahogarse. Hermes vuelve a cogerle cuando llega junto a el. Las libelulas se desplazan veloces, se detienen de repente, vuelven a volar, estan alimentandose de los miles de insectos que la jungla les regala.
La lluvia arrecia. Me sumerjo en el rio, agarrandome a la roca mas grande que palpo bajo mi cuerpo azotado por las aguas. La intensidad de las multiples corrientes enrevesadas aumenta, tengo que asir la piedra con mas fuerza. El ninio sube gritando, sin mucho cuidado, por las piedras que riegan la orilla.
La selva nos rodea, la selva por la que baja el rio, el rio por el que baja, flotando, de nuevo, el ninio.
La gente del bosque,
A lo largo del dia, son algo perezosos, se desplazan aproximadamente 3 o 4 kilometros y, cuando los vemos, cuando los tenemos cerca, cuando, espera! Esta bajando! Si, baja, se cuelga, resquebraja un tronco con su peso, nos mira, desciende, se espatarra como una bailarina entre las lianas, nos mira! Nos observa desde la profundidad de esos ojos que bien pudieran ser los de un humano -que estara pensando en estos momentos de nosotros? Porque, sin duda alguna, esta pensando- decia que cuando los tenemos cerca, hemos de ser cuidadosos y mantener una distancia superior a los tres metros porque, de lo contrario, podriamos contagiarle una enfermedad.
En la actualidad hay alrededor de 7.000 orangutanes de Sumatra (me niego a utilizar el termino "ejemplares" porque, de algun modo, los animaliza, los convierte, a traves de este concepto, en algo inferior a lo que en realidad, para mi, son: casi humanos). Sus selvas, el espacio que necesitan para vivir, estan desapareciendo a pasos agigantados debido a la deforestacion causada por la plantacion de palmeras, de las cuales se extrae el aceite de palma que en tantos productos podemos encontrar (helados, margarinas...) Tambien, como no, se extrae para producir biocombustible (no podia faltar el elemento "transporte", como en la mayor parte de los problemas medioambientales o de perdida de biodiversidad). Asi que, pon ciertos alimentos y combustibles en tu vida y acaba, a distancia, sin enterarte, con las selvas tropicales donde viven los orangutanes... Al fin y al cabo, si no lo haces tu, desde tu comodo sillon, tu cocina, tu coche, o tu brazo extendido en el DIA, CARREFOUR o CORTE INGLES, ya se encargaran de hacerlo los furtivos, que intentaran cazarlos para vender sus crias en el mercado negro, o aquellos cazarrecompensas que, a cambio de 100.000 rupias -aproximadamente 8 euros- les daran muerte porque los granjeros asi lo demandan, dado que estos animales se comen sus huertos y cultivos. Tambien estan aquellos que los cazan, simplemente, para comerselos... Pobrecillos orangutanes, que mala suerte tuvieron de vivir en el mismo planeta que los humanos...
El castigo a los que matan un orangutan? 25 anios de carcel y varios millones de rupias de multa. Bien, eso me parece bastante disuasorio. Espero que lo suficiente como para ralentizar lo que parece una extincion segura.
En las fotos, Suma, la orangutan con su cria, la cuarta de las que ha tenido en su vida (ella ronda los 30 anios de edad). La primera fue raptada por otra orangutan, la segunda y la tercera murieron a los pocos meses...
Suma, que posa curiosa ante nuestros ojos atonitos, balanceandose, jugando, mirandonos, arrancando de un arbol un trozo de corteza para darselo a su bebe. Luego, tras bajar al suelo y crear un interesante revuelo en los turistas que alli estabamos fotografiandola, subio de nuevo a las alturas, perdiendose entre la vegetacion, mas alla de nuestro alcance, sumiendose en el misterio de esos inmensos bosques de arboles milenarios cubiertos de liquenes, musgos, lianas y plantas trepadoras. Quedo el silencio momentaneo, el canto de los insectos y de algun ave tropical. Quedo la estupefaccion y la alegria profunda de haber asistido al encuentro con un ser maravilloso, insondable.
Walter ha perdido algo importante!
De pronto, pedaleando por los arrozales del lago Toba, Walter sintio que le faltaba algo importante!
Detuvo a un anciano para preguntarle por ello. La verdad es que algunos sab'iamos d'onde lo hab'ia dejado.Mis nuevos amigos y yo noa mor'iamos de risa...
Y Walterlein fiel a su orden revis'o el itinerario de los sitios donde pudo haber perdido su tesoro...
Hasta que lo encontr'o!
domingo, 22 de julio de 2012
Hermes busca el amor en Indonesia
Y que ofrece a las candidatas?
1. Viajes en avion en primera clase
2. No roncar cuando duerma.
3. Comerse toda la comida que le pongan.
4. Ofrecer de su plato con la mayor ternura.
5. Hacerse cargo de los ninios (si los hubiera).
6. Invitar a las mejores cervezas.
7. Hacer la colada.
Y cuando llegaron las candidatas
opto por...
hasta que... llego ELLA!
y es que no hay nada como pedirle algo al destino, de todo corazon, para que este te escuche, y te lo conceda.
1. Viajes en avion en primera clase
2. No roncar cuando duerma.
3. Comerse toda la comida que le pongan.
4. Ofrecer de su plato con la mayor ternura.
5. Hacerse cargo de los ninios (si los hubiera).
6. Invitar a las mejores cervezas.
7. Hacer la colada.
Y cuando llegaron las candidatas
opto por...
hasta que... llego ELLA!
y es que no hay nada como pedirle algo al destino, de todo corazon, para que este te escuche, y te lo conceda.
El regalo de mi amigo Javier
esta haciendome dudar... Me dijo que le llevase, como recuerdo, algo que se repitiese mucho a lo largo del viaje, que fuese significativo. Por ahora, si hay algo que cumple esa condicion es la omnipresencia de familias motorizadas. El pack "Familia Suzuki" (o Yamaha, o Kawasaki, etc.) incluye un conductor, macho, marido para mas senias de la companiera que va detras, hembra, a los que se suman dos retonios que pueden ocupar distintos lugares en el hamburgueseado motocicleteril: el primero puede ir colocado delante del conductor -o entre medias del padre y la madre-, (muy recomendable ponerle gafas de sol estilo Ramoncin, si son con cristales espejo, mejor) y la segunda criatura, emparedado entre los adultos o detras de la madre.
Asi que imagino que esto es lo que tengo que llevarle a Javier, por mas que me cueste el sobrepeso en el avion (me voy a dejar una pasta, ya lo veras) y lo dificil que me va a resultar el conducirles, por las calles de Madrid, desde la Terminal 4 de Barajas hasta Leganes.
Luego, una vez en su domicilio, me temo que el asunto ya correra por cuenta de Javier. Se tendra que ocupar de darles de comer, cada dia, a los cuatro -lo cual no es ninguna tonteria porque, aunque solo les de arroz, echa tu cuentas de por cuanto te sale el mes- y, sobre todo, con el objeto de que se sientan como en casa, le interesara subir al salon una moto para cada uno (una para Margarita, otra para Selene y otra para el que, sumadas a la del pack indonesio, haran un total de cuatro vehiculos). Desde ese momento sera indispensable que se desplacen por el domicilio en moto, y que piten mucho, y que se saluden cuando se encuentren en el pasillo, y que se pregunten que a donde van, una y otra vez, mientras aceleran y se cambian de habitacion. Lo veo algo complicado, pero nada comparado a lo que se vive aqui, podeis creerme.
El regalo de mi amigo Javier esta haciendome dudar. Quizas sea mas sencillo llevarle, en una botella vacia de Coca Cola, un poco de lluvia de la que, cada dia, nos regala este clima tropical. Si, creo que al final voy a hacer eso, por mucho que a el le hubiese hecho mas ilusion lo otro... Mejor no le digais nada de lo que os he contado. Le daria mucha rabia.
Asi que imagino que esto es lo que tengo que llevarle a Javier, por mas que me cueste el sobrepeso en el avion (me voy a dejar una pasta, ya lo veras) y lo dificil que me va a resultar el conducirles, por las calles de Madrid, desde la Terminal 4 de Barajas hasta Leganes.
Luego, una vez en su domicilio, me temo que el asunto ya correra por cuenta de Javier. Se tendra que ocupar de darles de comer, cada dia, a los cuatro -lo cual no es ninguna tonteria porque, aunque solo les de arroz, echa tu cuentas de por cuanto te sale el mes- y, sobre todo, con el objeto de que se sientan como en casa, le interesara subir al salon una moto para cada uno (una para Margarita, otra para Selene y otra para el que, sumadas a la del pack indonesio, haran un total de cuatro vehiculos). Desde ese momento sera indispensable que se desplacen por el domicilio en moto, y que piten mucho, y que se saluden cuando se encuentren en el pasillo, y que se pregunten que a donde van, una y otra vez, mientras aceleran y se cambian de habitacion. Lo veo algo complicado, pero nada comparado a lo que se vive aqui, podeis creerme.
sábado, 21 de julio de 2012
Esta noche invito yo!
Barra libre, de mi sangre, a cualquier bichejo, ya sea volador, pateador o arrastrador, que le apetezca sorberme hasta saciarse. Free hour: everytime! No existe hora mala para venir a engancharse a mi dulce piel. Ese es el mensaje que fue enviado por todos los sms insectiles indonesios a mi llegada. Imbuido de una generosidad sin limites, abri puertas y poros a mis queridos y diminutos amiguitos, a modo de compensacion por las molestias que pudiese ocasionar mi visita a sus tierras y, de este modo, agradecia su generosa hospitalidad. Acudieron a la llamada -siguen haciendolo- con suma celeridad y alegria.
De esta manera, mi cuerpo esta siendo lentamente consumido, vaciado de su esencia vital. Pinchado y requetepinchado mil millones de microscopicas veces, se siente cada dia mas debil. Pero no importa.
Sumido en un dulce sopor, en las tinieblas de las habitaciones de los hostales indonesios, yazco tendido, adormecido, mientras riadas de seres de seis patas maman de mi hasta, glotones, gordinflones, apenas pueden alzar el vuelo.
Estoy empezando a cuestionarme que, quizas, deba usar mas a menudo los repelentes de mosquitos, pues puede que no tenga tanta sangre que dar, -con el inconveniente que tal medida, soy consciente, pudiera provocar en ellos, por supuesto-. Pero... es tan hermoso sentirse querido, necesitado!
De esta manera, mi cuerpo esta siendo lentamente consumido, vaciado de su esencia vital. Pinchado y requetepinchado mil millones de microscopicas veces, se siente cada dia mas debil. Pero no importa.
Sumido en un dulce sopor, en las tinieblas de las habitaciones de los hostales indonesios, yazco tendido, adormecido, mientras riadas de seres de seis patas maman de mi hasta, glotones, gordinflones, apenas pueden alzar el vuelo.
Estoy empezando a cuestionarme que, quizas, deba usar mas a menudo los repelentes de mosquitos, pues puede que no tenga tanta sangre que dar, -con el inconveniente que tal medida, soy consciente, pudiera provocar en ellos, por supuesto-. Pero... es tan hermoso sentirse querido, necesitado!
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