Asi que imagino que esto es lo que tengo que llevarle a Javier, por mas que me cueste el sobrepeso en el avion (me voy a dejar una pasta, ya lo veras) y lo dificil que me va a resultar el conducirles, por las calles de Madrid, desde la Terminal 4 de Barajas hasta Leganes.
Luego, una vez en su domicilio, me temo que el asunto ya correra por cuenta de Javier. Se tendra que ocupar de darles de comer, cada dia, a los cuatro -lo cual no es ninguna tonteria porque, aunque solo les de arroz, echa tu cuentas de por cuanto te sale el mes- y, sobre todo, con el objeto de que se sientan como en casa, le interesara subir al salon una moto para cada uno (una para Margarita, otra para Selene y otra para el que, sumadas a la del pack indonesio, haran un total de cuatro vehiculos). Desde ese momento sera indispensable que se desplacen por el domicilio en moto, y que piten mucho, y que se saluden cuando se encuentren en el pasillo, y que se pregunten que a donde van, una y otra vez, mientras aceleran y se cambian de habitacion. Lo veo algo complicado, pero nada comparado a lo que se vive aqui, podeis creerme.
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